Recursos

Cápsula Educativa

Montañas sagradas de la Puna de Atacama

DATOS BÁSICOS

Amenaza Asociada Erupciones volcánicas
Curso 5° Básico
Ámbito/ Asignatura Lengua y literatura
Núcleo/ Eje Comunicación escrita
Objetivo curricular

LI05 OF 07: Leer comprensivamente relatos fundacionales cosmogónicos.

Tiempo estimado de la actividad 4 sesiones de 30 minutos
Desarrollado por Joaquín Morales* para Itrend
*Licenciado en Ciencias Exactas y Magíster en Filosofía de las Ciencias

INTRODUCCIÓN

Al recorrer los accidentes naturales de los Andes, la memoria indígena transforma el territorio natural en un escenario vital, lleno de acontecimientos y significados, en donde seres vivos y seres humanos se entrelazan como un elemento más del sistema cosmológico¹. En lengua kunza, dialecto de los atacameños, Licancabur significa La montaña del pueblo (lickan= pueblo, ckabur= montaña). Este volcán de más de 5.900 metros de altura, ubicado en el límite entre Chile y Bolivia, es considerado por diversas culturas originarias del altiplano como una montaña sagrada, protectora y proveedora. En sus alturas, se han descubierto altares de piedra y rastros de ritos ceremoniales, los cuales se cree que acompañaban extensas procesiones desde San Pedro de Atacama hasta la laguna que está en el cráter del volcán (Figura 1). Algunas civilizaciones han llegado desde lugares lejanos para efectuar sus ceremonias; es el caso de los incas quienes habrían lanzado a dicha laguna abundantes ofrendas de objetos de oro. Los lugareños dicen que esos tesoros aún permanecen en sus profundidades, pero que si alguien los llega a tocar, ¡despertará la furia del volcán Licancabur!

En esta cápsula, estudiaremos la importancia que tenían los volcanes para los pueblos originarios de las zonas aledañas a Atacama. Y, en particular, nos planteamos como objetivo que las y los estudiantes conozcan las relaciones entre las culturas del sector con su entorno, ciertas transformaciones que se dieron al conocerse distintas culturas y, además, que puedan leer comprensivamente el relato fundacional del volcán Licancabur.

Figura 1: Lago en el cráter Volcán Licancabur. Se observan flujos de lava producto de erupciones pasadas.

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DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD

Las fuerzas sobrenaturales modelan el paisaje, le dan sentido, toman posesión de determinados elementos y, desde allí, gobiernan y deciden el destino de la naturaleza, el ser humano y sus circunstancias¹. Esta descripción sobre la perspectiva de algunas culturas originarias del norte de Chile se encuentra en una de las investigaciones en que participó la influyente arqueóloga chilena Victoria Castro. En el mes de noviembre de 2022, en la sesión inaugural del XI Congreso Internacional de Etnohistoria: El aporte de las mujeres y los desafíos para las plurinacionalidades, en un homenaje realizado a su vida y obra, descendientes de la cultura atacameña manifestaron su agradecimiento al trabajo de la investigadora Castro por relatar de manera precisa su visión del mundo, desde una perspectiva que no intenta reducirla al mundo contemporáneo, sino que revitaliza el valor que tiene en sí misma y en su propia vinculación con el territorio. Esta perspectiva, cercana a los territorios y las culturas que allí se despliegan, ha sido el legado de la profesora de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Filósofa, Arqueóloga, Magíster en Ciencias Históricas con mención en Etnohistoria y primera mujer reconocida por la Sociedad Americana de Arqueología. A continuación, se presenta una síntesis de su investigación Antes del Inka y después del Inka: Paisajes culturales y sacralidad en la Puna de Atacama, Chile.

Esta investigación da énfasis en la sacralidad de los cerros que persiste entre los pueblos que habitan el sector superior del río Loa¹. Allí, los cerros son conocidos como mallku, término aymara que “se refiere a señor o gobernante, y que reconoce significados de superioridad jerárquica y reverencia hacia lo sagrado”¹. La investigación presenta serios indicios para considerar que la sacralidad de los cerros en las quebradas altas de Atacama posee más de un milenio de vigencia. 

La importancia que se les atribuye a los cerros proviene de diversas significaciones, como por ejemplo¹:

  • Achachila: lugares míticos de origen donde moran los antepasados 
  • Aviadores: proveedores de fecundidad y riquezas
  • Mesas: altares y lugares donde habitan los dioses

En el norte de Chile, encontramos varios ejemplos de pueblos que reconocen a un promontorio como sagrado y se vinculan profundamente con él. Por ejemplo¹:

  • En Toconce veneran al cerro León (conocido también como Mallku Kulliri, Mallku Agua de León o Puma Orko). A sus más de 5.700 metros de altura le asocian muchas propiedades benéficas, las cuales son retribuidas mediante pagos y sacrificios. 
  • El pueblo Ayquina considera sagrado al Paniri, un colosal de 5.960 metros sobre el nivel del mar. Este cerro es venerado en ceremonias y considerado el lugar de origen del pueblo. 
  • El pueblo de Caspana tiene dos cerros sagrados, uno femenino llamado Sipitare Mama y otro masculino llamado Sipitare Tata, a los cuales consideran un matrimonio. Estos pequeños cerros gemelos suavemente redondeados casi nunca se cubren de nieve y aparecen en el horizonte señalando la ubicación de este pueblo.
  • En la comunidad de Socaire, se venera al Chiliques por ser el proveedor del agua. Durante las ceremonias de limpieza de los canales de regadío se le dirigen ruegos y sacrificios a una piedra gris que se le considera como un símil de este cerro.

Esta veneración por las montañas y volcanes también influye en la arquitectura de estos pueblos, ya que, tanto plazas rituales y capillas como las construcciones funerarias están orientadas hacia alguna de las cumbres sagradas. Algo que se da de manera muy característica en la aldea de Likan a unos kilómetros de Toconce.

Antes de continuar: ¿por qué crees que se considera a los cerros como proveedores de agua?

Turi y la llegada de los incas

Las costumbres que persisten en los pueblos originarios actuales de la zona ha permitido a las autoras de la investigación interpretar los restos materiales dejados por los pueblos precolombinos. Es por ello que nos podemos adentrar en un estudio de mayor profundidad de una localidad en particular. 

A 3.000 metros sobre el nivel del mar, y a unos 20 km de distancia de Toconce, se encuentra Turi. La comunidad que allí habita se beneficia de las napas y afloramientos de agua que escurre de los volcanes y cumbres andinas¹. Esto propicia el crecimiento de vegetación, convirtiendo a Turi en la única fuente de pastos permanentes en la región. Este factor económico hace sentido con los rastros de intercambio e imposición cultural que es posible encontrar en la localidad, como son el conjunto de chullpa construidos en la parte superior del Pukara de Turi y la posterior llegada de los Incas. Cabe recordar que Pukara hace referencia a fortaleza y son construcciones habituales en las aldeas andinas que tenían como función mantenerlas a salvo. Mientras que las chullpas son monumentos mortuorios, también característicos de la zona. Resulta que estas torres funerarias estaban orientadas tanto hacia los propios cerros sagrados de la localidad como hacia el Paniri, venerado por el pueblo de Ayquina, vecino de Turi¹. Además, en aspectos formales y contextuales se han encontrado características similares a las chullpas del pueblo de Likan. 

La llegada de los Incas es especialmente notoria en la localidad de Turi, algo que se evidencia en el tipo de arquitectura impuesto¹. En primer lugar, destacamos tres aspectos de esta imposición:

  • Existe una diferenciación (con muros) del área donde habita la población local respecto del sector que llega a ocupar el inca.
  • El imperio incaico (Tawantinsuyu) altera la orientación de las construcciones de la localidad, dejando al pukara orientado hacia el camino incaico en lugar de a las montañas sagradas. 
  • La arquitectura Turi se caracteriza por su adaptación a la topografía del lugar, mientras que los incas se encargaron de nivelar el terreno destruyendo, a la vez, las estructuras rituales previas para construir la kancha y la kallanka.

Estos rasgos sugieren una fuerte presencia del Tawantisuyu en la localidad. Especialmente el gesto de poder de haber construido en las cotas superiores, lugar donde se ubican la mayor parte de las chullpa, es decir, en el lugar más sagrado de Turi¹.

Existe otro aspecto significativo de esta imposición arquitectónica, pero que también nos revela una suerte de negociación entre las culturas. La constatación de la solidez de los cimientos de hasta 1,5 metros de profundidad de la kallanka deja de manifiesto un estilo puramente incaico que se distancia del dominio tecnológico previo del sector. No obstante, en el vértice de la kallanka se descuidó deliberadamente para, en lugar de instalar sus sólidos cimientos, realizar un entierro ritual que propició el derrumbe de ese sector¹. Esto nos lleva a pensar que existió una concesión de los incas frente a las tradiciones locales. Probablemente, las costumbres del pueblo de Turi eran tan fuertes que tuvieron que ser priorizadas ante las pretensiones arquitectónicas de los incas. 

Pese a que la cultura local pudo mantener ciertos rituales, la imposición incaica se realizó de manera muy profunda. En la cumbre de los cerros considerados sagrados para los pueblos de Likan y Turi, se han encontrado santuarios, plataformas, restos de leña y fragmentos cerámicos incaicos¹. Esta superposición de santuarios incaicos en los cerros sagrados señala una clara intención del Tawantinsuyu de imponer una nueva condición ideológica. Hay santuarios de altura en los cerros Paniri, León, San Pedro, Licancabur, Pili y Quimal, entre otros; de modo que, como afirman las investigadoras¹: 

No cabe duda de que el Inka resemantiza los espacios naturales y construidos, impone nuevos códigos y transforma la naturaleza. Establece, además, adoratorios en las alturas y se impone, de esta forma, sobre los antiguos cultos locales a las montañas.

ACTIVIDAD

En el siguiente link de la revista de arte, cultura y patrimonio Ckuri, encontrarás el artículo “Cerro Quimal. El espíritu femenino de Atacama La Grande”, que contiene una transcripción del relato oral perteneciente al pueblo atacameño: “La leyenda de Quimal y Licancabur”. Esta leyenda otorga un sentido ancestral a la estructura geológica, el origen y la ubicación de los volcanes Licancabur, Quimal, Juriques y Lascar. En relación a este texto, se sugiere la siguiente actividad:

  • Leer el texto “La leyenda de Quimal y Licancabur”
  • Realizar un resumen del texto
  • Dar una interpretación según las siguientes preguntas:

¿Qué explicaciones geológicas encuentras en el texto?

Respuestas posibles: 

  • La forma del volcán Juriques
  • La distancia entre los volcanes Licancabur y Quimal

¿Qué sentido le darías a que el volcán Lascar sea el padre autoritario en el relato?

  • Se sugiere guiar esta pregunta informando a las y los estudiantes de que el volcán Lascar es uno de los volcanes más peligrosos del norte de Chile (puedes encontrar detalles sobre su tipo de exploción en la cápsula ¿Qué hace peligrosos a los volcanes?).
  • Teniendo eso en consideración se podría interpretar que incluso en esos tiempos el volcán Lascar era uno de los más intimidantes.

REFERENCIAS

  1. Aldunate, C., Castro, V., Varela, V. (2003). Antes del Inka y después del Inka: Paisajes culturales y sacralidad en la Puna de Atacama, Chile. Boletín de Arqueología PUCP, N°7

 

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