Erupción volcánica

Consiste en la emisión de material volcánico por un cráter o fisura de un volcán. El material emitido puede ser lava y/o piroclastos. Un piroclasto es cualquier fragmento de material sólido, sin importar su tamaño: los piroclastos pueden ser tan grandes como rocas o tan pequeños como cenizas ardientes que forman grandes nubes, capaces de viajar miles de kilómetros.

La emisión de material volcánico puede ser tranquila (llamada «efusiva») o violenta (llamada «explosiva»). En las erupciones efusivas, los volcanes emiten principalmente lava, domos o lavas-domos. Las erupciones explosivas, en cambio, se caracterizan por la expulsión violenta de material piroclástico y gases, que a veces son acompañadas por coladas de lava (Sernageomin, 2017). Esto no significa que las erupciones efusivas sean menos peligrosas: un flujo de lava puede derretir nieve o glaciares, lo que puede provocar lahares (flujos de barro) capaces de sepultar ciudades enteras, como ocurrió con la erupción del Nevado del Ruiz, Colombia, en 1985.

Las erupciones volcánicas pueden afectar gravemente la vida y la salud no solo de las personas que se encuentren alrededor del volcán, sino incluso a miles de kilómetros del mismo. La expulsión de rocas y piedras puede destruir viviendas y vehículos, además de causar heridas severas o la muerte si golpean a una persona. La caída de cenizas ardientes puede provocar quemaduras, asfixia y lesiones oculares, entre otras. Además, tanto las cenizas como los gases pueden contaminar el agua potable y los alimentos, además de afectar severamente la salud del ganado y los animales domésticos (OPS, s/f).

Fuentes: 
• Organización Panamericana de la Salud. (s/f). Erupciones volcánicas [Institucional]. Organización Panamericana de la Salud (OPS). Ver
• Sernageomin. (2017). FAQs (preguntas frecuentes) [Institucional]. Servicio Nacional de Geología y Minería. Ver