Recursos

Cápsula Educativa

Bosques ocultos bajo el océano

DATOS BÁSICOS

Amenaza Asociada Cambio climático
Curso 5° Básico
Ámbito/ Asignatura Ciencias Naturales
Núcleo/ Eje Ciencias de la Tierra y el Universo
Objetivo curricular

CN05-OA-14: Investigar y explicar efectos positivos y negativos de la actividad humana en los océanos, lagos, ríos, glaciares, entre otros, proponiendo acciones de protección de las reservas hídricas en Chile y comunicando sus resultados.

Tiempo estimado de la actividad 4 horas académicas
Desarrollado por Alfredo Rivas* para Itrend
Estudiante de Doctorado en Ciencias de la Tierra, Universidad de Concepción

INTRODUCCIÓN

Vamos a por nuestro traje e iremos a bucear por el mar, pero no necesitaremos nadar demasiado profundo para empezar a encontrar bosques de algas ocultos debajo del océano (Figura 1), los cuales, dependiendo de qué mar, podemos encontrarlos hasta 20 a 60 metros de profundidad [1].

Figura 1: Así se ve un bosque de algas. Realmente se ve como un bosque, ¿no te  parece?. La fotografía pertenece a divedog.

Los bosques de algas se distribuyen en las costas rocosas poco profundas en los mares de agua fría del mundo (Figura 2) [2] y, si has intentado bañarte alguna vez en cualquiera de nuestras playas, estarás al tanto de que tan helados son nuestros mares: así es, podemos encontrar bosques de algas en todas las costas de Chile. También, si estás acostumbrado a comer productos del mar, puede que te hubieses ya comido alguna de estas algas como “ulte”,  en un mariscal, o “cochayuyo”, en una ensalada.

Pero debes saber que, por muy bosque que forman, las algas no son plantas (del reino vegetal), éstas pertenecen a los reinos protista o cromista, ¿has escuchado sobre los reinos en biología?

En esta cápsula aprenderemos cuál es el rol de los bosques de algas en el gran esquema del cambio climático,  cómo los chilenos impactamos estos bosques, y cómo protegerlos (OA-14).

Figura 2: En este mapa podrás ver la distribución de las algas en el mundo (zonas negras) e ilustraciones con diferentes especies de algas. La figura pertenece a Raffaelli & Hawkins (1996) [2]. La figura no incluye los hallazgos de algas encontradas en la Antártida [3].

DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD

Si partimos la superficie de la Tierra en diez, siete de esos pedazos serían océanos, es decir, los océanos cubren la mayor parte de nuestro planeta. Estos océanos juegan un rol importante, no sólo en la absorción del dióxido de carbono atmosférico mediante reacciones químicas y la fotosíntesis, sino que también tienen un rol en la regulación de la temperatura global, haciendo que no se caliente demasiado el planeta  [4] [5].

Pero un dato de vital importancia es que, a pesar de que los bosques de algas cubren una ínfima parte  (menos de 2 de 100 partes) de los océanos, éstos contribuyen a la mitad de la absorción de dióxido de carbono de la atmósfera por parte del océano [5]. ¿Por qué esto es relevante? Pues, como hemos visto en otra de nuestras cápsulas: ¿Nosotros cambiamos el clima?, la absorción de dióxido de carbono nos ayuda a mitigar el efecto invernadero. Es por esto que muchos investigadores han visto el potencial de las algas como medida para adaptarnos a las consecuencias del calentamiento global. Además, estas algas tienen otros beneficios, como subsanar condiciones eutróficas (exceso de nutrientes como fósforo y nitrógeno), hipóxicas (muy bajos niveles de oxígeno) o ácidas (excesivo dióxido de carbono disuelto en el agua) en los océanos.

Aunque el mismísimo calentamiento global afecta a las algas al sobre  acidificar las condiciones para que estas no puedan proliferar en los océanos, también la deforestación masiva para su consumo, así como la extracción ilegal, son una causa importante en la desaparición de estas algas. Chile es el exportador N° 1 de algas a nivel mundial [6].

¿Pero qué podemos hacer? Pues se pueden cultivar artificialmente las algas en las costas (Figura 3), y se han calculado que 48.000.000 de km2 de superficie de los océanos son aptos para esto [7]  (la comuna de Santiago tiene un poco menos de 24 km2, es decir, podríamos cubrir de algas más 2.000.000 de veces Santiago). Investigadores han visto como una oportunidad reemplazar la actividad agrícola terrestre por esta alternativa, compensando de esta manera la huella de carbono,  al menos a nivel regional [7].

Figura 3: Fotografía en la que se muestra a un hombre trabajando en la acuicultura de algas. La fotografía fue realizada por  Anton Raharjo, de la agencia Nurphoto.

INSTRUCCIONES DE ACTIVIDAD

Hemos visto en esta cápsula sobre el por qué es importante cuidar los ecosistemas marinos para compensar el aumento del calentamiento global. Las actividades negativas que nosotros las personas hacemos, en relación con los océanos, son la extracción desmedida de algas y la contamiento de los océanos, que provoca que estos se vuelvan más ácidos y menos aptos para que proliferen las algas, y con estas afectando a otras especies marinas que habitan a su alrededor. Las actividades positivas que nosotros las personas podemos hacer es cultivar más algas para ayudar a subsanar la liberación excesiva de dióxido de carbono en la atmósfera, y, además de incentivar la producción de algas, que tienen diversos usos, tales como alimentos, preservación de los mismos, y cosméticos.

Ahora te toca a ti, investiga, en Chile, ¿se cultivan algas? ¿Y en otras partes del mundo cómo lo hacen? Luego presenta frente a tus compañeros lo que has investigado.

REFERENCIAS 

  1. Krause-Jensen, D. & otros. 2019. Deep penetration of kelps offshore along the west coast of Greenland. ENLACE.
  2. Steneck, R.S. & otros. 2003. Kelp forest ecosystems: biodiversity, stability, resilience and future. ENLACE.
  3. EarthSky Voices. 2019. Lush underwater forests … in the Arctic. ENLACE.
  4. Liveocean. 2021. A healthy ocean is our best ally against climate change. ENLACE.
  5. Chung, I.K. & otros. 2013. Installing kelp forests/seaweed beds for mitigation and adaptation against global warming: Korean Project Overview. ENLACE.
  6. San Martín, J. 2021. Soporte para cultivos de huiro en las rocas de la zona intermareal de las costas chilenas. ENLACE.
  7. Froehlich, H.E. & otros. 2019. Blue growth potential to mitigate climate change through seaweed offsetting. ENLACE.

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