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Cápsula Educativa

Estudio de caso: el liceo Enrique Mac Iver de Santa Olga

DATOS BÁSICOS

Amenaza Asociada Incendios forestales
Curso 1° Básico 2° Básico 3° Básico 4° Básico 5° Básico 6° Básico 7° Básico 8° Básico 1° Medio 2° Medio 3° Medio 4° Medio
Ámbito/ Asignatura Orientación
Núcleo/ Eje Crecimiento personal
Objetivo curricular

• Identificar y aceptar emociones propias y ajenas; practicar estrategias personales de manejo emocional en el contexto de la resiliencia ante desastres.
• Distinguir y describir emociones y reconocer y practicar formas apropiadas de expresarlas, considerando el posible impacto en sí mismo y en otros en el contexto de la resiliencia ante desastres.

Desarrollado por Daniela Vergara para Itrend
Daniela Vergara es psicóloga y magíster en psicología de la educación por la Pontificia Universidad Católica de Chile.

INTRODUCCIÓN

Imagen de portada: Liceo Polivalente Enrique Mac Iver. Crédito: Desafío Levantemos Chile.

Este recurso busca trabajar la emocionalidad y la resiliencia personal a partir de testimonios de personas que sobrevivieron a un desastre y han luchado para reconstruir su comunidad y sus vidas diarias. El caso de estudio es el de la comunidad educativa del Liceo Mac Iver de Santa Olga, establecimiento que fue completamente destruido por un megaincendio forestal a principios de 2017.

Este caso nos permite aprender de una comunidad educativa cuya infraestructura fue completamente destruida y que no fue recuperada hasta tres años después. Pese a ello, el liceo Enrique Mac Iver supo revivir de las cenizas, manteniendo a su comunidad unida y fortaleciendo la resiliencia de sus integrantes.

En esta actividad se encontrarán entrevistas a algunas de las personas involucradas en el renacer del colegio de Santa Olga y las conclusiones que se pueden extraer de este caso para fortalecer la resiliencia de otras comunidades educativas.

La desaparición de Santa Olga

A principios de 2017, una serie de incendios forestales que afectaron principalmente las regiones de O’Higgins, el Maule y Biobío alcanzó Santa Olga y otras localidades aledañas en la comuna de Constitución. Todos esos poblados, rodeados de plantaciones forestales, desaparecieron entre las llamas.

Santa Olga fue alcanzada por el fuego la madrugada del 26 de enero: más de mil viviendas y otras edificaciones, como instalaciones educacionales, fueron reducidas a cenizas. Esto, sumado a la destrucción de las plantaciones, significó también una enorme pérdida de puestos de empleo para la comunidad, que dependía directa o indirectamente de la industria forestal (Allerton et al 2019).

Estuvimos ahí hasta última hora con mi esposo y mi hija, que en ese entonces tenía cuatro añitos. Vimos encenderse los cerros del frente […]. Como a las siete y media, ocho de la tarde nos fuimos. Ya a esa hora el humo era sofocante, […] se estaba incendiando la planta de Arauco, los cerros de atrás […]. Aún así, yo nunca perdí la esperanza de que el fuego no alcanzaría mi casa […]. Nos fuimos a la casa de mis suegros […] No sacamos nada. […] Le dije a mi esposo que no, que no lleváramos nada, no teníamos dónde cargar tampoco, le dije que sea lo que Dios quiera […]. Como a la una de la madrugada, me entero hablando con una amiga […] que me dice «Los Aromos y Santa Olga no existen, se quemó». […] A las ocho de la mañana fuimos al sector. Más que un incendio, parecía una zona de guerra, una bomba […].

La respuesta de las autoridades y del sector privado fue rápida: Santa Olga y las demás localidades serían reconstruidas, pero no como antes. Previo al incendio, las viviendas de Santa Olga se consideraban oficialmente como zona rural y tenían acceso parcial o nulo a servicios básicos, con un porcentaje importante de personas que ocupaban terrenos de forma irregular. El objetivo de la reconstrucción fue dar a las nuevas viviendas todas las facilidades urbanas que se requieren en la actualidad y regularizar la propiedad de los terrenos.

Estuvimos donde mis suegros cerca de un mes […] después levantamos una mediagua en el terreno de mis padres […]. Mi esposo y mis papás nunca quisieron dejar el terreno y ahí vivimos todos.
Norma Millanguir, vecina de Santa Olga.

Para conocer más detalles sobre la destrucción de Santa Olga y el proceso de reconstrucción, se recomienda leer el reportaje de la columna de la derecha.

 

Reportaje: La vulnerabilidad multidimensional de Santa Olga, Conecta Resiliencia-Itrend.

 

Liceo Transitorio Santa Olga. Crédito: programa PACE.

RECONSTRUYENDO LA COMUNIDAD

Durante el periodo de reconstrucción, los habitantes de Santa Olga se instalaron de forma provisoria en los terrenos o se dispersaron por distintas localidades. El Liceo Mac Iver se instaló en Constitución en los módulos que instalaron en el estadio Enrique Donn Müller tras el terremoto del 2010. Cerca de 600 estudiantes asistían al liceo provisorio, de los cuales, casi 400 debían viajar de otras localidades para asistir a clases. Dos años funcionó el liceo en los módulos: el año 2019 se inauguró el nuevo edificio en la comunidad de Santa Olga.

Hugo Olivares, director del Liceo Mac Iver relata que, más allá de la reconstrucción del poblado de Santa Olga, lo que se vivió fue «un proceso de reconstruirnos como comunidad, proceso donde florecieron liderazgos y la capacidad humana y personal». En ese tiempo, Hugo trataba de reforzar en la comunidad la idea de que lo físico sería reconstruido, pero que eran ellos quienes debían reconstruirse y hacerse cargo de las repercusiones emocionales del desastre.

Luego del incendio, se formó un importante movimiento de los vecinos, del que surgió un grupo de dirigentas mujeres que trabajó con la comunidad y las autoridades.

A través del incendio me di cuenta de que yo si era capaz de hacer cosas, que soy capaz de alzar la voz, de que la gente la escuche a uno […] Ahí nacimos nosotras, las dirigentas nacimos de ahí para adelante […]. Ahí nos dimos cuenta que uno si tiene el poder, tiene la facultad y la facilidad para pelear por la gente que quiere […] y desde ahí, yo no me he bajado del buque, todavía estoy luchando por mis vecinos.
Mónica Panchilla, dirigenta del sector Renacer.

Durante enero y febrero, el personal docente se organizó para pesquisar el estado de cada una de las familias de los estudiantes y coordinar la habilitación de los módulos instalados en Constitución. El desafío era enorme, pero aun así, consiguieron superarlo. Hugo Olivares cuenta lo siguiente: 

El día 6 de marzo a las ocho de la mañana, las puertas estaban abiertas para recibir a nuestros alumnos. Las salas estaban equipadas con el mobiliario mínimo para funcionar y los profesores ya tenían claro a esta altura, debido al trabajo desarrollado principalmente por las jefas de UTP […], hasta cómo se iba a iniciar la jornada […]: no pasando materia, sino que con estrategias de contención emocional.

El foco durante el primer año fue puesto en la reconstrucción de la comunidad educativa, en el apoyo a todos los estudiantes, apoderados y funcionarios: «Pudimos funcionar, pero no dándole prioridad a los aprendizajes, sino a la contención emocional, porque eso había que recuperarlo», dice Hugo Olivares.

A partir del 2017, la gente de Santa Olga ha sido acompañada por diversas instituciones, públicas y privadas, que han dado apoyo a la comunidad en la reconstrucción física de la localidad, además de brindar apoyo en el proceso de resiliencia de las familias que vivieron el desastre. Si bien el incendio es visto como una tragedia por la comunidad, los vecinos valoran el empoderamiento y liderazgo que ha surgido producto del incendio, como la comunidad se ha unido más y existe un sentido de pertenencia más fuerte.

El Nuevo Santa Olga: A 3 años de la catástrofe, Reportajes T13

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TESTIMONIOS DE RESILIENCIA

En esta sección se presentan los testimonios de tres personas de Santa Olga: Mónica Panchilla, dirigenta social del sector Renacer de Santa Olga; Norma Millanguir, funcionaria del Liceo Mac Iver de Santa Olga; y Hugo Olivares, director del mismo liceo.

Estas entrevistas nos permiten comprender que los centros educativos en Chile son, muchas veces, los pilares de una comunidad. Desde ellos se tiene el potencial de hacer comunidad. En este contexto los líderes de la comunidad educativa tienen un papel clave en reconocer, buscar e indagar las necesidades de dicha comunidad para así plantear estrategias acordes a su realidad.

La dirigenta social Mónica Panchilla en Santa Olga. Créditos: Gonzalo Moreno

Testimonio de Norma Millanguir 

Norma Millanguir es desempeña labores en la inspectoría general del Liceo Mac Iver. Es técnica en educación parvularia de formación. Habita en Santa Olga desde que tiene ocho años y su casa, así como la de sus padres, se quemó completamente en el incendio.

«Nuestro liceo fue fundamental para levantar el ánimo de nuestros chiquillos […] de estar ahí con ellos», cuenta Millanguir. Ella cuenta que el liceo se preocupó de buscar instancias de apoyo comunitario, por ejemplo, a través de la estimulación del deporte, en especial el fútbol gracias a la fundación Fútbol Más. Se hicieron jornadas deportivas, conversatorios con la comunidad, se integró a toda la comunidad educativa (apoderados, docentes, estudiantes) a ese proceso de sanación mediante deporte y conversatorios.

Millanguir también explica que se hicieron esenciales los liderazgos del equipo directivo de comunidad educativa, «quienes tuvieron el tesón, la valentía y el coraje de sacar adelante a los chiquillos» ya que, para ella, una comunidad educativa se construye en función de las necesidades de sus estudiantes. Según Millanguir, fue un equipo «muy positivo, valiente, muy posicionado en su cargo».

«Nuestro colegio es el centro neurálgico de la comunidad. Incluso el colegio sirve a las juntas de vecinos, es abierto a la comunidad y eso siempre ha sido así. El colegio se ha implementado siempre en función de una comunidad», afirma. «Además, tenemos una particularidad: que muchos de sus profesionales somos exalumnos. Colegio muy integrador, abierto, social y ligado a su comunidad, con un área diferencial potente», concluye Millanguir.

El testimonio completo de Norma Millanguir puede descargarse en la columna derecha.

Liceo Polivalente Enrique Mac Iver. Crédito: Desafío Levantemos Chile.

 

Testimonio de Norma Millanguir.

Testimonio de Hugo Olivares 

Hugo Olivares es director del liceo Enrique Mac Iver. Si bien no vive en la localidad de Santa Olga, se siente y es considerado parte de ella. Cuando el incendio llegó a Santa Olga, él estaba alojando en el establecimiento educacional.

«Nosotros hicimos lo que teníamos que hacer […]. Más que reconstruir, hablemos de reconstruirnos», dice Olivares. «La situación que vivimos fue dramática, pero hizo florecer liderazgos y nuestra capacidad humana, y la capacidad personal de enfrentar esto».

«Lo que facilitó el proceso fue la cohesión de la comunidad educativa. Nosotros pensábamos que tendríamos una merma importantísima y fue hasta emocionante ver que no fue así», sostiene Olivares. «La prebásica estaba en otro establecimiento (60 alumnos), por lo que, nominalmente, estaban matriculados en otro colegio, pero su espíritu estaba con nosotros y nosotros los considerábamos para todas las actividades, que no fueron pocas. Incluso para las actividades propias del colegio, como la celebración del Día del Profesor, las educadoras fueron las primeras invitadas. Nunca perdieron ese sentido de pertenencia. Eso fue uno de los factores facilitadores para seguir con nuestro andar como comunidad educativa».

«Dentro de comunidades rurales y quizás también en el radio urbano, las escuelas y liceos en Chile son el faro de la comunidad», continúa Olivares. «Todo converge en el colegio. En especial en estas localidades donde los únicos servicios que había eran posta, carabineros y colegio. Todo convergía en el liceo, […] porque los hijos de la comunidad están ahí, van a este liceo. Entonces, todo lo que atañe a la comunidad repercute en el liceo y todo lo que atañe al liceo, repercute a través de los alumnos a las familias, que son la comunidad».

«Lo primero que debe hacer una persona con un cargo de responsabilidad es estar antes, durante y después de una catástrofe», dice Olivares. «Sentirse parte de la comunidad, vivir las emociones que vive la comunidad, vivir el dolor de la comunidad, hacerlos propios. Tener un inmenso amor […] a lo que se hace y dónde se hace. Cuando ocurrió el incendio, yo dormía en el liceo, estaba ahí, había llegado un par de días antes. Durante la catástrofe, estuve ahí también. Quedaron tres salas en pie, que fueron la base para echar a andar Santa Olga y donde lógicamente empezó a llegar la ayuda material, se instalaron las autoridades. Y uno tiene que estar presente, porque ahí llega la comunidad, llegan los alumnos. Hay que estar con ellos, preguntarles cómo están, ser cercanos a ellos, sabiendo que no están bien. Hay que hacerse cercano a ellos y hacerles saber que «yo estoy aquí por ti»», concluye.

El testimonio completo de Hugo Olivares está disponible para descarga en la columna derecha.

Hugo Olivares, Director del Liceo Enrique Mac Iver. Crédito: Mineduc.

 

Testimonio de Hugo Olivares.

 

Testimonio de Mónica Panchilla

Mónica Panchilla preside el Grupo Ave Fénix de Santa Olga, que representa a 120 familias del sector Renacer. Su casa fue una de las tantas arrasada totalmente por el incendio.

«El colegio siempre ha estado con nosotros […] y creo que después del incendio nos hemos afiatado», sostiene Panchilla. «Estamos más unidos que antes, nos hemos podido conocer más con el director, con la gente que trabaja… Aquí somos todos una familia. El incendio nos sirvió para darnos cuenta de que tenemos valores bonitos y de que no los habíamos ocupado nunca y en este momento estamos aprendiendo que tenemos que pelear por lo nuestro y nuestra gente, que es lo más importante».

«Siempre tuvimos el apoyo del colegio, de los profesores, del director. Él nunca nos dejó solos», afirma la dirigenta vecinal. «Los apoderados pedíamos que se preocuparan de la locomoción y eso se logró. Tuvieron locomoción, su comida al día, que estuvieran cómodos. El director es muy amoroso con los chiquillos y ellos lo adoran. Siempre está preocupado, que estén bien, que no les falte, que los profesores se preocupen de los cabros».

«Siempre hemos participado de una u otra forma, desde siempre. El colegio nunca se ha cerrado para nada. Entonces, si uno quiere ayudar, uno llega y lo propone, y se acepta la ayuda», concluye Panchilla.

El testimonio completo de Mónica Panchilla puede descargarse en el enlace de la columna derecha.

Día de la Mujer

En este día tan especial visitamos a la señora Mónica Panchilla, una mujer trabajadora y de mucho esfuerzo que ha estado luchando día a día por su gente, a pesar de haber perdido todo en los incendios forestales de 2017 que dejaron a cientos de familias de Santa Olga sin hogar.#DíainternacionalDeLaMujer

Gonzalo Montero 发布于 2020年3月8日周日

Entrevista Mónica Panchilla. Crédito: Gonzalo Montero.

Testimonio de Mónica Panchilla.

APRENDIZAJES

Este estudio de caso nos permite aprender enormemente respecto a qué hace a una escuela resiliente. Sin duda, los propios testimonios de las personas pertenecientes a la comunidad hablan por sí solos, sin embargo, quisiéramos destacar algunas conclusiones.

Primero que todo, como señalamos en la introducción, es claro que los centros educativos en Chile son muchas veces los pilares de una comunidad, por ello tienen el potencial de hacer comunidad y se vuelven fundamentales en casos de desastre o crisis. Los líderes de la comunidad educativa tienen un papel clave en reconocer, buscar e indagar las necesidades de dicha comunidad para así plantear estrategias acordes a su realidad, ya que las conocen mejor que nadie. Como líder de un establecimiento educacional, es relevante estar siempre presentes: antes, durante y después de un evento o crisis. Lo ideal es ser parte de la comunidad y sentir las emociones y el dolor de la comunidad como algo propio. Es importante recordar que los hijos de la comunidad van al colegio donde esta se encuentra: todo lo que pasa en el colegio afecta a la comunidad y lo que pasa en la comunidad afecta al colegio.

Algunas recomendaciones puntuales desde el Liceo de Santa Olga:

  • Abordar los factores emocionales (para ello tenemos mucho material en este sitio). Después de vivir una emergencia, lo principal no es lo académico, sino sacar adelante a los estudiantes. Es importante recordar que es normal que las emergencias tengan repercusiones emocionales y esto puede aumentar los problemas al interior del colegio. Por ello es tan relevante implementar una serie de estrategias de contención emocional para la comunidad educativa, incluidos los adultos (aunque a veces la mejor terapia es volver a la normalidad).
  • Es fundamental organizar a toda la comunidad educativa e indagar cuál es la situación de cada profesor, profesora, funcionario, familia y estudiante.
  • Si el colegio o escuela ha sufrido daño físico y la comunidad se ve físicamente separada, conviene fomentar la idea de que el colegio no es solo el espacio físico, sino la comunidad de personas que lo componen. Para ello, es importante hacer parte a todos los integrantes de los eventos y actividades que se hagan como establecimiento. El objetivo es no perder el sentido de pertenencia.
  • Estar siempre en conexión con los padres, madres y apoderados e involucrarlos en los procesos. Asimismo, es importante reconocer el valor de hacer parte a las y los estudiantes de la reconstrucción de su colegio y su comunidad, y estar abiertos a descubrir nuevos líderes y talentos.
  • Puede ser útil aprovechar de forma positiva las ayudas y alianzas que se puedan generar a partir de esta instancia, siempre teniendo en cuenta las necesidades de la propia comunidad.
  • Existe el riesgo de caer en la sobreintervención. Cuando llegan demasiadas instituciones, es importante centralizar y asignar representantes. De lo contrario, se crea mucha burocracia que puede producir roces.

Finalmente, no olvidar que el establecimiento educacional es un lugar fundamental para sacar adelante a los estudiantes y sus familias, para levantar el ánimo de las niñas, niños y adolescentes. Potencialmente, la escuela es un espacio de sanación para toda la comunidad.

Santa Olga durante el invierno de 2019. Créditos: Magdalena Gil.

ACTIVIDAD CON ESTUDIANTES

Es posible trabajar este caso de estudio con las y los estudiantes para fortalecer la resiliencia comunitaria. Para esto, se proponen algunas alternativas de trabajo.

Ambas alternativas de trabajo se basan en la pauta de preguntas respondidas por Norma Millanguir, Hugo Olivares y Mónica Panchilla:

  • ¿Cómo se enfrentó el desafío de la reconstrucción?
  • ¿Cómo se organizaron?
  • ¿Qué rol tuvo la escuela para la comunidad luego del desastre?
  • ¿Dónde vivieron la reconstrucción? ¿Dónde estudiaron los niños?
  • ¿Quiénes lideraron la reconstrucción?
  • ¿Qué cosas crees que facilitaron este proceso?
  • ¿Qué cosas crees que dificultaron este proceso?
  • ¿Qué cambiarían?
  • ¿Qué repetirían?
  • ¿Cuáles son los elementos para salir adelante luego de un desafía como este?
  • ¿Qué recomendaciones les darías a una comunidad que se ve enfrentada a un desastre?
  • ¿Cuál crees que es el rol de los establecimientos educacionales ante una situación de emergencia?
  • ¿Qué tan preparados se sienten ahora en caso de una emergencia?

Actividad 1: interiorizarse con Santa Olga

Para esta actividad, se empieza presentando el caso de Santa Olga (toda la sección «Introducción»). Al momento de llegar a los testimonios, se presenta a las personas que respondieron la entrevista y luego se mencionan las preguntas de la entrevista.

A continuación, a través de una conversación con las y los estudiantes, se les pregunta cómo creen que las personas entrevistadas respondieron algunas de las preguntas.

Actividad 2: aprendiendo de la experiencia de Santa Olga

Otra forma de trabajar este caso de estudio sería utilizarlo como ejemplo para una comunidad que ha vivido un desastre o una crisis importante.

En este caso, se sugiere presentar el caso completo y una parte de las respuestas de Millanguir, Olivares y Panchilla, para luego pedirle a las y los estudiantes que respondan las mismas preguntas basándose en sus experiencias y las de sus cercanos.

Vista interior Liceo Polivalente Enrique Mac Iver. Crédito: Desafío Levantemos Chile.

ANTECEDENTES ADICIONALES

Infografía con consejos y acciones a tomar en situaciones de emergencia y desastres, para favorecer la resiliencia desde los espacios educativos, desarrollada por Aprende Resiliencia • Itrend.