Recursos

Cápsula Educativa

Estudio de caso: Centro Educacional Mariano Egaña de Peñalolén

DATOS BÁSICOS

Amenaza Asociada Terremotos, Aluviones
Curso 1° Básico 2° Básico 3° Básico 4° Básico 5° Básico 6° Básico 7° Básico 8° Básico 1° Medio 2° Medio 3° Medio 4° Medio
Ámbito/ Asignatura Orientación
Núcleo/ Eje Crecimiento personal
Objetivo curricular

• Identificar y aceptar emociones propias y ajenas; practicar estrategias personales de manejo emocional en el contexto de la resiliencia ante desastres.
• Distinguir y describir emociones y reconocer y practicar formas apropiadas de expresarlas, considerando el posible impacto en sí mismo y en otros en el contexto de la resiliencia ante desastres.

Desarrollado por Daniela Vergara para Itrend
Daniela Vergara es psicóloga y magíster en psicología de la educación por la Pontificia Universidad Católica de Chile.

INTRODUCCIÓN

Imagen de portada: Dibujos realizados por alumnos del Centro Educacional Mariano Egaña. Fuente: Itrend.

Este recurso busca trabajar la emocionalidad y la resiliencia personal a partir de testimonios de personas que pertenecen a comunidades educativas que vivieron un desastre y han luchado para reconstruir su comunidad y sus vidas.

El presente caso de estudio se centra en la comunidad educativa del Centro Educacional Mariano Egaña, ubicado en la comuna de Peñalolén (Región Metropolitana), comuna que ha sufrido dos grandes desastres en décadas recientes: el aluvión de la Quebrada de Macul de mayo de 1993 y el terremoto del 27 de febrero de 2010, que dejó con graves daños estructurales el establecimiento.

Este caso nos permite aprender que una cultura de resiliencia escolar es algo que se puede poner en práctica durante todo el año de manera integral e incluyendo a toda la comunidad. Además, pone en relieve lo valioso que es conocer el contexto geográfico y social en el que está inserto el colegio y los riesgos que eso implica.

El aluvión de la Quebrada de Macul. Canal 13.

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La historia de resiliencia del Centro Educacional Mariano Egaña

El Centro Educacional Mariano Egaña se encuentra en la comuna de Peñalolén, en los faldeos de la precordillera andina, al suroriente de la provincia de Santiago (Región Metropolitana). Un 37% del territorio comunal es montañoso con declives, además de que es atravesado por la falla geológica de San Ramón y contiene una serie de cordones montañosos y quebradas de fuerte pendiente en su frente oriental: una de estas es la quebrada de Macul

El Centro Educacional atiende los tres niveles educacionales: prebásica, básica, media científico-humanista y técnico profesional industrial y comercial. Está inserto en el emblemático barrio Lo Hermida y recibe a 1.200 estudiantes de nivel socioeconómico bajo con un 90% de vulnerabilidad. 

Durante mayo de 1993, fuertes temporales afectaron la región con precipitaciones en altura y temperaturas mayores a 15 °C, lo que provocó el derretimiento de las nieves cordilleranas y un aluvión que siguió los cauces de la quebrada de Macul y de la quebrada San Ramón. El alud de agua y barro destruyó más de 1.100 viviendas y produjo el desborde de los canales San Carlos, Las Perdices y el Zanjón de la Aguada, inundando miles de viviendas aledañas. 26 personas murieron, 9 desaparecieron y más de 5.000 fueron damnificadas por el desastre (Garrido y Sepúlveda, 2012).

Dada la magnitud de la catástrofe, se creó una zona de exclusión para la construcción en un radio cercano a la quebrada y su cauce, y en noviembre de 1994 fueron construidas siete piscinas decantadoras en la quebrada de Macul.

El 27 de febrero de 2010, el terremoto de magnitud 8.8 que sacudió la zona centro y sur de Chile dejó inhabitables 348 casas de Peñalolén, mientras que otras 1.647 sufrieron daños serios. Además, hubo destrucción del alumbrado público y de las pistas de las arterias importantes de Peñalolén, caída de panderetas divisorias de terreno y grietas en edificios públicos. El suministro energético no se pudo restablecer al 100% antes del 8 de marzo y las clases se iniciaron en un 100% el 22 de marzo.

Ambos desastres tuvieron impacto en el Centro Educacional Mariano Egaña, pero el que más lo afectó fue el terremoto de 2010. Algunos sectores del establecimiento se derrumbaron y otros quedaron con daño estructural severo, por lo que fue necesario reconstruirlo y remodelarlo.

Osvaldo Sepúlveda, jefe de la unidad técnica pedagógica del centro educacional, cuenta que, luego del terremoto, a las familias se les dijo que les iban a trasladar a otros colegios, pero «las familias del Mariano Egaña dijeron no». «Este es el colegio de Peñalolén, acá nos quedamos, y por ende la reconstrucción se hizo con clases», afirma Sepúlveda.

Para que la reconstrucción pudiera llevarse a cabo junto con las clases, se dividió el colegio. En un comienzo, los cursos de educación básica, primero y segundo medio fueron absorbidos por otro colegio. La reconstrucción se inició solo con los terceros y cuartos medios y, seis meses después, retornó el resto de los cursos. Además, se establecieron dos jornadas de clases: la mañana para educación básica y la tarde para educación media. Se instalaron baños y oficinas provisorias en contenedores y se hicieron separaciones de patios. Por dos años, el colegio tuvo que ajustarse a los trabajos de reparación, utilizando la infraestructura disponible y haciendo turnos entre taladros y clases.

Una década después del terremoto, el Centro Educacional Mariano Egaña está conformado por más de 6.000 m² construidos, 32 salas de clases para cerca de 1.300 alumnos, laboratorios, biblioteca, sala de inglés, talleres para las especialidades de mecánica automotriz, telecomunicaciones, electricidad y administración, además de patios y multicanchas.

Post-terremoto, el Mariano Egaña se establece como el colegio de mayor trascendencia para la comunidad de Lo Hermida. Primero, porque no se fueron […]. Era mucho más fácil tomar las cosas, irse para otro lado y asumir un lugar seguro. La comunidad del Mariano Egaña decidió quedarse ahí. Es un proceso de resiliencia que no lo vas a ver en todas partes […]. Es un proceso de apropiación del territorio.
Testimonio de Osvaldo Sepúlveda.

El terremoto significó levantar de nuevo todo un establecimiento educacional y afianzar el rol de la comunidad educativa en todo su entorno socionatural. A partir de la experiencia de la reconstrucción, el establecimiento ha desarrollado una verdadera cultura de resiliencia y preparación ante el desastre, creando un sistema de evacuación eficiente y dirigido en gran parte por los estudiantes. Además, el sentido de pertenencia al colegio ha sido muy potente en este proceso, ya que ha modificado la cultura y convivencia dentro del recinto.

 

Piscinas decantadoras Quebrada de Macul. Fuente: Santiago Resiliente, Intendencia Metropolitana.

 

Ver en Google Earth.

 

25 Años del aluvión de la Quebrada de Macul. Cuerpo de Bomberos de Ñuñoa.

TESTIMONIOS DE RESILIENCIA

Dos personas que integran la comunidad educativa del Centro Educacional Mariano Egaña y han sido claves en su recuperación comparten su experiencia: Osvaldo Sepúlveda Moreno, jefe de la unidad técnica pedagógica (UTP) y Javiera Cofré Leiva, inspectora general de educación media.

A continuación, presentamos un extracto de los testimonios. Las entrevistas completas están disponibles para descargar en la columna derecha.

Testimonio de Osvaldo Sepúlveda Moreno 

Osvaldo Sepúlveda es jefe de la unidad técnico pedagógica del Centro Educacional Mariano Egaña. También es vecino de Peñalolén, profesor de geografía y magíster en geografía. Luego de su experiencia en el colegio, se ha mantenido activo trabajando en capacitaciones en el área de resiliencia ante desastres, participando en seminarios de riesgos socionaturales y trabajando en un proyecto para la Universidad Internacional de Florida (FIU, Estados Unidos) sobre riesgo y educación.

«El terremoto significó levantar un colegio de nuevo y afianzar el rol de la comunidad educativa en todo su entorno natural», explica Sepúlveda. «Post-terremoto, el Mariano Egaña se establece como el colegio de mayor trascendencia para la comunidad de Lo Hermida. Primero, porque no se fueron […]. Era mucho más fácil tomar las cosas, irse para otro lado y asumir un lugar seguro. La comunidad del Mariano Egaña decidió quedarse ahí. Es un proceso de resiliencia que no lo vas a ver en todas partes […]. Es un proceso de apropiación del territorio».

«Lo que llama la atención del Mariano Egaña es cómo una comunidad es capaz de recuperarse desde la resiliencia, entendiendo que el colegio […], que la comunidad educativa debe ser parte de esta recuperación», dice Sepúlveda. «A las familias les dijeron que los iban a trasladar a otros colegios y las familias del Mariano Egaña dijeron «no». Este es el colegio de Peñalolén: acá nos quedamos y, por ende, la reconstrucción se hizo con clases. Se construía un ala y la otra estaba en clases. Se paraba 15 minutos para taladrar fuerte, se hacían pausa. Y eso lleva a una relación de cariño que hay en esta comunidad con el colegio. En Peñalolén se ha saqueado todo. El Mariano Egaña está intacto».

Para Sepúlveda, «llevar adelante el proceso de resiliencia de una forma positiva tiene que ver con comunidades educativas fuertes, miradas desde una tridimensionalidad (docente, estudiantes y apoderados)». «Si no se mira esa tridimensionalidad, no vas a salir nunca adelante como conjunto, cada quien va a hacer lo suyo», sostiene.

El testimonio completo se puede descargar en la columna derecha.

Osvaldo Sepúlveda Moreno, Jefe de unidad técnico pedagógica del Centro Educacional Mariano Egaña. Fuente: Itrend.

 

Testimonio de Osvaldo Sepúlveda Moreno.

Testimonio de Javiera Cofré Leiva

Javiera Cofré es inspectora general de educación media del Centro Educacional Mariano Egaña. Profesora de matemáticas de formación, dirige la seguridad y planes de evacuación en el establecimiento.

Cofré explica que la decisión de quedarse en las instalaciones de Lo Hermida mientras se remodelaba la tomó la corporación con el colegio junto con las y los docentes, además de los apoderados, a través del centro de padres. «Igual la sensación de todos era que no queríamos que nos separaran, que se disolviera el colegio. Para nosotros fue cómodo quedarnos ahí», dice.

También afirma que les sirvió mucho «el trabajo en equipo, el conectarse con el otro y la empatía». «Uno tiene que estar pendiente del otro y de lo que le pasa al otro. Eso fue lo que a nosotros nos hizo salir adelante. Lo otro es creer en la capacidad de levantarse del ser humano. Uno tiene que creer y ver que se puede, y cuando uno lo está haciendo, te das cuenta de que no es difícil, y al final sales más fortalecido que antes, luego de pasar una situación que no tiene por dónde ser positiva», sostiene.

Lo que a ella le impresionó fue «la confianza de los apoderados». «Porque, al final, esto igual era un sitio en construcción, era peligroso y no dudaron de nosotros. No dudaron en dejar a sus hijos acá», dice Cofré. «Fueron muy pocos los que se cambiaron de colegio. Incluso los que se fueron, después de la reconstrucción, volvieron. Eso habla de la confianza de los apoderados en sus profes».

«Siento que todas las cosas que hemos pasado como que nos han fortalecido y ha hecho que los apoderados se sientan más parte del establecimiento», sostiene Cofré. «Cuando yo llegué, el año 97, tuvimos una seguidilla de muchos robos y posteriormente la comunidad empezó a proteger el colegio: empezó a ver que nosotros nos preocupábamos de ellos, que era un aliado y que les servía. De hecho, con toda la contingencia social que se está viviendo, especialmente el lugar donde estamos ubicados, los apoderados defendieron al colegio, no le pasó nada. Podrían habernos destruido todo, porque es un colegio muy bien equipado. Los mismos apoderados y los terceros y cuartos medios están muy preocupados de defender su colegio. Yo pienso que esa alianza que hemos logrado ha hecho fortalecernos», concluye.

El testimonio completo de Javiera Cofré está disponible para descarga en la columna derecha.

Centro Educacional Mariano Egaña. Fuente: Itrend.

 

Testimonio de Javiera Cofré Leiva.

APRENDIZAJES

Este estudio de caso permite descubrir qué características hacen resiliente a una escuela. Aunque los testimonios de Osvaldo Sepúlveda y Javiera Cofré hablan por sí solos, resulta importante destacar algunas conclusiones.

Primero, los centros educativos en Chile son muchas veces los pilares de una comunidad, por esto tienen el potencial de hacer comunidad y se vuelven fundamentales en casos de desastre o crisis. Los líderes de la comunidad educativa tienen un papel clave en reconocer, buscar e indagar las necesidades de dicha comunidad para así plantear estrategias acordes a su realidad, ya que las conocen mejor que nadie. Como líder de un establecimiento educacional, es relevante estar siempre presentes: antes, durante y después de un evento o crisis. Lo ideal es ser parte de la comunidad y sentir las emociones y el dolor de la comunidad como algo propio. Es importante recordar que los hijos e hijas de la comunidad van al colegio donde esta se encuentra: todo lo que pasa en el colegio afecta a la comunidad y lo que pasa en la comunidad afecta al colegio.

Algunas recomendaciones puntuales a partir de la experiencia del Centro Educacional Mariano Egaña son las siguientes:

  • El caso nos permite destacar la importancia de creer en la propia capacidad de adaptación y resiliencia. Esto significa propiciar una cultura escolar centrada en las fortalezas, en rescatar lo positivo y, además, potenciar las prácticas que ayudan a estas fortalezas. Por ejemplo, participar activamente en los recreos de los estudiantes fortalece los lazos de toda la comunidad educativa.
  • Considerar que la adversidad puede traer beneficios si se usa como una oportunidad para reconstruir la infraestructura física y social de mejor manera. En este caso, se logró  tener un solo espacio para docentes, paradocentes y auxiliares de educación, lo que favoreció una comunicación efectiva entre los equipos. Llevar adelante el proceso de resiliencia de una forma positiva se relaciona con comunidades educativas fuertes, miradas desde la tridimensionalidad docentes, estudiantes y apoderados.
  • Una fortaleza del Complejo Educacional Mariano Egaña es que el equipo conoce bien la realidad de las y los estudiantes que lo integran, así como el contexto geográfico y social en el que se instala el colegio. Esto es fundamental para desarrollar estrategias de resiliencia adecuadas y que funcionen. En este caso, como saben que parte de las y los estudiantes tienen situaciones complicadas en su hogar, el colegio hace un énfasis especial en potenciar el buen trato y trabajar lo ocurrido desde lo afectivo (en este mismo minisitio se encuentra material para ayudar en este aspecto).
  • Este colegio tiene claro que las crisis necesitan de un trabajo conjunto para ser superadas, con equipos potenciados y donde se generen confianzas. Este desafío es una oportunidad para fortalecer el sentido de pertenencia, como lo fue el terremoto de 2010 para la comunidad del Mariano Egaña. Aunque dicho terremoto destruyó parte importante del establecimiento, la oportunidad de reconstruir y fortalecer su comunidad les permitió enfrentar de mejor manera los desafíos presentados en octubre del 2019 y la pandemia del año 2020. Fomentar y favorecer el sentido de pertenencia es un factor protector frente a desastres o crisis.
  • Los líderes que están abiertos a escuchar las opiniones y decisiones de toda la comunidad, incluyendo estudiantes, docentes y apoderados, son también un factor fundamental para crear culturas resilientes (en este mismo minisitio hay material para guiar en este aspecto).
  • Es importante recordar la importancia de los PISE (Programa Integral de Seguridad Escolar): estos deben desarrollarse tomando las múltiples variables del contexto, no solo geográficas, sino también culturales. Se hace necesario revisar el modelo estándar para terremotos: hay múltiples amenazas y diversas realidades. También se debe considerar que si se busca que las y los estudiantes comprendan la importancia de la seguridad, es importante hacerlos parte de las decisiones y equipos de seguridad. Si se busca dar seriedad a los simulacros, la severidad y los retos tienen malos resultados. Es mucho más efectivo integrar a las y los estudiantes a la cultura de resiliencia, destacando la importancia de lo que se está haciendo y para qué se está haciendo.(en este mismo minisitio se encuentra el vínculo para el sitio web de la Onemi, que puede ayudar en este aspecto).

Finalmente, es importante recordar que el establecimiento educacional es un lugar fundamental para sacar adelante a los estudiantes y sus familias, para levantar el ánimo de las niñas, niños y adolescentes. Potencialmente, la escuela es un espacio de sanación para toda la comunidad.

Recuerdo a las víctimas del aluvión de la Quebrada de Macul.

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ACTIVIDAD CON ESTUDIANTES

Es posible trabajar este caso de estudio con las y los estudiantes para fortalecer la resiliencia comunitaria. Para esto, se proponen algunas alternativas de trabajo.

Ambas alternativas de trabajo se basan en la pauta de preguntas respondidas por Osvaldo Sepúlveda y Javiera Cofré:

  • Sabemos que el centro ha vivido más de un desastre. Cuéntame, ¿cómo fueron?
  • ¿Cómo han afectado estos desastres a la comunidad?
  • ¿Cómo han afectado estos desastres el establecimiento?
  • ¿Cómo se enfrentó el desafío de la reconstrucción de 2010?
  • ¿Qué rol tuvo el centro para la comunidad luego del desastre?
  • ¿Qué cosas crees que facilitaron este proceso?
  • ¿Qué cosas crees que dificultaron este proceso?
  • ¿Qué cambiarían?
  • ¿Qué repetirían?
  • ¿Cuáles son los elementos para salir adelante luego de un desafío como este?
  • ¿Qué recomendaciones les darías a una comunidad que se ve enfrentada a un desastre?
  • ¿Cuál crees que es el rol de los establecimientos educacionales ante una situación de emergencia?
  • ¿Qué tan preparados se sienten ahora en caso de una emergencia?

Actividad 1: interiorizarse con el Centro Educacional Mariano Egaña

Para esta actividad, se empieza presentando el caso del el Centro Educacional Mariano Egaña, ubicado en Lo Hermida, Peñalolén (la sección «Introducción»). Al momento de llegar a los testimonios, se presenta a las personas que respondieron la entrevista y luego se mencionan las preguntas de la entrevista.

A continuación, a través de una conversación con las y los estudiantes, se les pregunta cómo creen que las personas entrevistadas respondieron algunas de las preguntas. Posteriomente, se revisan las respuestas de Osvaldo Sepúlveda y Javiera Cofré, y se contrastan con las respuestas sugeridas por las y los estudiantes.

Actividad 2: aprendiendo de la experiencia del Centro Educacional Mariano Egaña

Otra forma de trabajar este caso de estudio sería utilizarlo como ejemplo para una comunidad que ha vivido un desastre o una crisis importante.

En este caso, se sugiere presentar el caso completo y una parte de las respuestas de Sepúlveda y Cofré, para luego pedirle a las y los estudiantes que respondan las mismas preguntas basándose en sus experiencias y las de sus cercanos.

ANTECEDENTES ADICIONALES

Infografía con consejos y acciones a tomar en situaciones de emergencia y desastres, para favorecer la resiliencia desde los espacios educativos, desarrollada por Aprende Resiliencia • Itrend.