Recursos

Cápsula Educativa

Difusión y representación cultural de los fenómenos naturales extremos

DATOS BÁSICOS

Amenaza Asociada Todas
Curso 2° Medio
Ámbito/ Asignatura Artes Visuales
Núcleo/ Eje 1) expresar y crear visualmente; 2) apreciar y responder frente al arte; 3) difundir y comunicar
Objetivo curricular

Crear y difundir una campaña publicitaria a partir de la reflexión sobre una mirada positiva de los «fenómenos naturales» de nuestra cultura OA 01 02 04 06

Tiempo estimado de la actividad 4-5 clases
Desarrollado por Pilar Stöwhas* para Itrend
*Artista visual, restauradora Pontificia Universidad Católica de Chile, profesora de Artes Visuales y Tecnología

INTRODUCCIÓN

Imagen de portada: Tren tren y Cai cai Vilú. Crédito: CNTV infantil.

Este recurso tiene como objetivo reflexionar sobre relatos y leyendas tradicionales que explican fenómenos naturales extremos y generar una campaña publicitaria que permita difundir un relato o leyenda sobre una de estas leyendas. Para ello, se analizarán algunas obras de arte que representan fenómenos naturales extremos, mostrando cómo el entorno natural y sus fenómenos determinan nuestras vivencias y nuestra visión sobre la naturaleza.

Se sugiere empezar exponiendo la introducción presentada a continuación.

Texto introductorio

Lo primero que identificamos en nuestra vida es el ambiente que nos rodea. Cuando somos pequeños, este ambiente es nuestra familia cercana y nuestro hogar. Cuando empezamos a desplazarnos con más independencia, podemos acercarnos a todo lo que nos llama la atención y observar los cambios a nuestro alrededor. Y uno de los elementos que más presencia tiene sobre nosotros es el paisaje.

El paisaje es uno de esos elementos que va determinando nuestro espacio y nuestras vivencias. A lo largo de la historia de la humanidad, el paisaje ha condicionado el estilo de vida de las comunidades: quienes viven en un paisaje montañoso probablemente sean expertos en cultivar en las laderas y alimentarse de vegetales que aguanten fuertes vientos; en cambio, quienes viven en una zona costera probablemente entiendan mucho de mareas, respeten la fuerza del mar y disfruten de una dieta rica en peces y mariscos.

El paisaje siempre ha acompañado a las representaciones artísticas. Al revisar cuadros, dibujos o grabados a lo largo de la historia del arte, las historias que narran aparecen en un contexto, un «telón de fondo» que describe un lugar específico con características únicas. También debemos considerar que este paisaje va cambiando, es dinámico, se modifica. En cada estación vemos variaciones de colores, olores, texturas, flora y fauna que se adapta, luces que se mueven a diferentes ritmos y matices que dan una atmósfera propia de cada momento.

Es por esta razón que muchas y muchos artistas se han dedicado a documentar sus paisajes y las costumbres que ellos condicionan. No es de extrañar que si un fenómeno de la naturaleza impacta de forma significativa en la vida o la sensibilidad de la o el artista decida plasmar ese fenómeno en una obra. Es así como podemos encontrar en el arte grandes tempestades, registros de naufragios famosos como «La balsa de la Medusa», del francés Géricault, erupciones magníficas en obras como «La destrucción de Pompeya y Herculano», de Martin, o tsunamis como «La gran ola de Kanagawa», de Hokusai.

En el Museo del Prado, Madrid, se encuentra una colección que trata el tema de desastres. Esta colección evidencia situaciones impactantes y significativas, situaciones que a veces escapan al control humano y determinan nuestras acciones, y que son plasmadas en una pintura para que no las olvidemos y podamos volver a verlas una y otra vez. Este registro gráfico forma parte de nuestra cultura, es un patrimonio visual que vuelve único nuestro entorno. Sobre todo, permite inmortalizar eventos que, con el pasar el tiempo, pueden ser olvidados por las comunidades. Pero cuando se incorporan a una obra de arte, pasan a ser parte de un relato en el que se destaca la autonomía que tiene la tierra por sobre nosotros.

En Chile, el paisaje como referencia también ha sido incorporado a relatos e iconografía. En las obras artísticas de los pueblos originarios podemos encontrar evidencia de la importancia y respeto que mostraban por su entorno. Incluso en la actualidad, nuestro paisaje se manifiesta en elementos que utilizamos a diario, como el logotipo de los fósforos Andes. Es más: en la bandera chilena sobre la que se juró la independencia se encontraba bordado un volcán, al igual que en la primera moneda acuñada en Chile independiente. Todo esto nos recuerda una y otra vez lo relevante de nuestro paisaje, de dónde surge nuestro patrimonio nacional.

«La gran ola de Kanagawa» (1830), del pintor japonés Katsushika Hokusai. Wikipedia.

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DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD

Se sugiere usar la presentación de diapositivas «Difusión de nuestra cultura» para desarrollar la clase

En el desarrollo de la unidad se habla del diseño, sus propósitos y funciones, a través de diversos medios y materiales. Es importante destacar el concepto de difusión que se integra a los objetos y diseños creados: estas creaciones tienen como objetivo difundir un mensaje a la comunidad.

Ahora podemos centrarnos en el concepto de difusión con las y los estudiantes. Para introducirlos en el tema, se les puede preguntar lo siguiente:

  • ¿Qué saben o entienden por difusión?
  • ¿Cómo se hace la difusión?
  • Imaginen que tienen una buena idea que desean comunicar al mundo o un objeto que desean mostrar o incluso vender. ¿Cómo difundirían su objetivo? ¿Qué medios utilizarían para esto y con qué estrategias?

Luego se introduce el tema de las fases de la innovación. Se sugiere usar una idea como ejemplo y pedir a las y los estudiantes que sigan el ciclo para incorporar los conceptos en un hecho concreto.

A continuación, se puede comentar la importancia de la difusión para conocer nuestra cultura y mantenerla viva —en especial, la cultura de los pueblos originarios—. Se puede preguntar qué tanto saben las y los estudiantes sobre su cultura y la cultura de los pueblos originarios, dónde pueden encontrarse objetos representativos de estas culturas. Algunos lugares donde se encuentran estos objetos de cultura son los centros de artesanías, aeropuertos, pequeños pueblos, lugares turísticos y museos.

También se puede plantear la pregunta de qué objetos de la cultura propia pueden formar parte de su vida diaria y encontrarse en sus hogares. ¿Tienen pocillos de greda, fondos de cobre, ropas exclusivas de alguna cultura que se encuentra en el territorio chileno?

A partir de los ejemplos anteriores puede plantearse el siguiente tema de reflexión: ¿las chilenas y chilenos nos interesamos por conocer nuestra cultura o se trata simplemente de un mercado para turistas?

Luego se puede introducir el tema de nuestros mitos o leyendas, tradiciones y objetos a partir de los siguientes temas de discusión:

  • ¿Qué mitos, leyendas, tradiciones y objetos culturales del territorio chileno conocen las y los estudiantes?
  • Si hay estudiantes de origen extranjero, ¿qué mitos, leyendas, tradiciones y objetos culturales de su país conocen? ¿Pueden contarle algo sobre ellos a sus compañeras y compañeros?
  • ¿Han prestado atención a las metáforas y situaciones fabulosas que usan los mitos y leyendas para explicar algún fenómeno natural? Si las y los estudiantes hubiesen tenido que explicar un fenómeno natural sin tener ningún conocimiento actual, ¿habrían explicado ese fenómeno de la misma manera o de otra?
  • ¿Qué es más impactante? ¿Representar los fenómenos naturales de la forma más realista posible, tal como se ve, lee o escucha? ¿O modificarlo de alguna forma (quizás exagerándolo, alterando los colores, haciendo las formas más o menos amenazantes) con la intención de reforzar el mensaje, la historia o la leyenda que está detrás del fenómeno?
  • ¿Qué rol creen que cumplen los mitos, leyendas y rituales en el contexto de las amenazas naturales?

Las y los estudiantes deben entender que las personas nunca tendrán respuesta para todas sus preguntas, pero algunas de esas respuestas son necesarias para explicar fenómenos traumáticos y/o fuera de lo común: es en contextos como ese en el que nacen nacen muchas leyendas y mitos con respuestas mágicas.

En Chile hay muchas leyendas y mitos de los pueblos precolombinos que explican diversos acontecimientos y fenómenos de la naturaleza: la creación del mundo, los terremotos, erupciones volcánicas, las tormentas, sequías, la creación de lagos, bosques, desiertos y montañas, y muchos más.

ACTIVIDAD PARA ESTUDIANTES

Trabajar en una campaña publicitaria de un mito o leyenda nacional que explique un fenómeno natural extremo.

Alternativamente, el mito o leyenda puede ser propio del país originario de la o el estudiante.

Aquí algunos ejemplos de mitos o leyendas que podrían usarse para esta actividad:

En la página de Memoria Chilena hay recursos y acceso a textos que detallan otros mitos,
leyendas y tradiciones chilenas.

A partir de las herramientas del diseño industrial y gráfico, crear una publicidad basada en un mito o leyenda chilena: un afiche digital, un afiche en papel, un eslogan o frase.

Elegir un objeto de uso cotidiano que divulgue la imagen. Puede ser una bolsa de tela, la portada de una libreta, un calendario, la funda de un cojín, un tazón o cualquier otro objeto cotidiano.

El objetivo es crear un eslogan o frase que identifique el relato y le dé una mirada distinta al fenómeno natural que explica. Que este fenómeno natural no sea visto como una amenaza o catástrofe, sino que, a partir de la reflexión personal de la o el estudiante encuentre una mirada positiva de los fenómenos naturales extremos.

  • ¿Cómo se podría cambiar la connotación trágica de un terremoto, un tsunami o una tormenta para convertirlo en algo positivo, o en una instancia de aprendizaje sobre la convivencia con la naturaleza?
  • ¿De qué forma nos hacemos cargo de nuestras acciones que nos dificultan convivir en armonía con nuestro entorno natural?

Uno de los objetivos del trabajo es desarrollar el concepto de resiliencia en el diseño propuesto (ver anexo).

Aquí pueden verse diversas representaciones del mito mapuche de Trentren Vilu y Caicai Vilu. Algunas de estas representaciones son más amenazantes, otras buscan relevar el papel que cumplen estos seres mitológicos en los ciclos naturales.

REFLEXIÓN FINAL

Después de presentar la campaña publicitaria, la o el docente puede cerrar la actividad con una reflexión colectiva sobre el uso de mitos, leyendas y tradiciones para explicar algo inentendible. Algunas preguntas que pueden guiar la reflexión son las siguientes:

  • ¿Por qué perduran estos relatos?
  • ¿Cambia su importancia social si se descubre que sus explicaciones del fenómeno no son avaladas por el conocimiento científico?
  • ¿Por qué sería importante mantener viva esa cultura y sus relatos?
  • ¿Qué nos dicen sobre nuestro entorno estos relatos?
  • ¿Ayudan los mitos y leyendas en la prevención de desastres?

Observar los trabajos expuestos. Evaluar si en ellos se entienden los mitos con otra mirada y cuál es esta mirada. Que las y los estudiantes se pregunten qué creen que pensarían los usuarios al ver su trabajo: este cambio de mirada, ¿le quitaría el sentido a la tradición? ¿La enriquecería? ¿O es solo una forma distinta de transmitir el mismo relato? ¿Se potencia el nuevo mensaje gracias a la campaña publicitaria? ¿Ayudaría a la sociedad el enseñarle a observar los fenómenos naturales desde otra perspectiva, que los conviertan en algo cotidiano que requiere preparación y planificación?

ANEXO: LA RESILIENCIA ANTE DESASTRES

El concepto de resiliencia suele usarse mucho en psicología para referirse a la capacidad humana de afrontar crisis y situaciones límite, sobreponerse a ellas y aprender de dichas situaciones. La resiliencia ante desastres es algo similar: en simple, es la capacidad de una sociedad para prevenir y mitigar los efectos nocivos de una amenaza, la capacidad de reaccionar de manera rápida y efectiva ante el desastre y la capacidad de la sociedad para recuperar su estado original.

Así, aunque la resiliencia ante desastres es similar a la resiliencia personal, es algo mucho más complejo, ya que necesita de un trabajo social, cooperación entre los mundos público y privado, la academia y la sociedad civil. Para que una sociedad sea más resiliente ante desastres no basta con tener buenos organismos de gestión de emergencia (como Onemi, brigadistas forestales, bomberos, rescatistas, etc.), sino también contar, por ejemplo, con una normativa de construcción exigente que permita reducir los efectos de un terremoto en las construcciones, una planificación territorial que limite construir en zonas de riesgo de aluvión o tsunami y evite la propagación descontrolada de incendios forestales. La resiliencia ante desastres también podría necesitar de instituciones que se encarguen de reforestar luego de un incendio, de organismos que apoyen a las empresas que perdieron su inversión a causa de un desastre…

Pero, sobre todo, la resiliencia ante desastres implica comprender que los desastres no son naturales. Si permitimos construir viviendas en la ruta de un lahar volcánico, si la población no sabe cómo reaccionar ante un gran terremoto, si no hay buenas rutas de evacuación, si construimos sobre humedales y no gestionamos de forma efectiva el agua potable, los efectos de un fenómeno natural pueden ser devastadores, tanto en vidas humanas como en la economía.

En ese sentido, la resiliencia ante desastres nos hace entender que los fenómenos naturales extremos como erupciones volcánicas, inundaciones y tsunamis son eventos a los que deberemos enfrentarnos con cierta regularidad. Entonces, en lugar de entenderlos como catástrofes, como manifestaciones de una naturaleza caprichosa o malvada, es mejor incorporarlos a nuestra cotidianeidad y mejorar nuestras capacidades (tanto personales como sociales) para enfrentarlos de la mejor manera posible.

Para profundizar el concepto de resiliencia ante desastres se recomiendan las lecturas de la columna de la derecha.

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